Los médicos no solo estamos atentos a la salud de nuestros pacientes, sino que también brindamos consejo y alivio al hacerles saber que no están solos ante una enfermedad.

Nuestra vida personal es bastante enigmática. La mayoría de las veces debemos estar siempre disponibles, aun durante esos merecidos días de descanso.

Al final, la vida nos ha premiado con la fuerza y las ganas de ayudarlos a vivir una vida sana, feliz. Ese siempre será mi mayor deseo para ustedes y así salgo todos los días a poner mi granito de arena para que así sea.